Y es que solo me entran ganas de llorar...
lo veo todo muy negro por ahí atrás
y por delante...es como un muro de cemento
capaz de parar los pies
a este corazón de hierro.
Me quedo mirando las nubes,
empanada,tendida en el suelo,
observando sus figuras,
pero no tan bellas como el recuerdo,
mi recuerdo...
son solo recuerdos
de un ayer
en el que tú y yo fuimos poema una vez.
Pero si esta rosa negra se marchita...
¿que coño voy a hacer si no estas conmigo?
necesito tus besos y tus caricias
para poder vivir tranquila,
sin remordimientos
por no decirle a la luna
que te cuidase como en un cuento.
Eres mi cuento,
un dulce cuento,
ese que nunca se acaba.
Espero que núnca le pongas fín
a esta historia siempre soñada...
Ana Rocío G.F.