martes, 5 de mayo de 2009

Sin que nadie pueda detenerlo

Posas tu rostro sereno
sobre la almohada,
dejando tu olor impregnado en ella,
para mi,
para que duerma tranquila,
para que sueñe contigo,
como siempre...

Y sonries,
me sonries,
parandose el tiempo,
sintiendo tu aliento fresco
rozar mis labios...
sin que nadie pueda detenerlo.

Mirandonos a los ojos
mientras siento el calor de tus manos
acariciar mi cintura...
y yo sigo perdida en tus ojos
y en tus labios...
Besandonos cálidamente...
disfrutando de la noche...
sin que nadie pueda detenerlo.


Ana Rocío G.F.

1 comentario: